Las natillas llegaron a Sudamérica con los españoles. Se trata de un flan a base de leche, cuya versión española se espesa con yemas de huevo y se endulza con azúcar.
La receta apareció por primera vez en la ciudad de Antioquia, donde se adaptó a los ingredientes más comunes en Colombia. La harina de maíz se convirtió en el espesante habitual, y su color se oscureció debido al uso de la panela.
Posteriormente, esta receta se extendió a través de la Colonización de Antioquia a otras regiones del país, y ya con la adición de otros ingredientes.
La natilla y los buñuelos son alimentos icónicos de la Navidad en Colombia. Ambos postres se sirven como uno solo. Se da un bocado a la natilla fría y otro al buñuelo crujiente, esponjoso y sabroso.
Y, como la natilla es un flan muy firme, estos dos postres se disfrutan como comida para los dedos. Esta última característica, la convierte dicha combinación en un postre enormemente popular por todo el territorio colombiano.
Al final de la cena, se hace un brindis y se intercambian saludos navideños. El día 25 se aprovecha para descansar y visitar a los amigos y familiares.
Las fiestas continúan hasta el 6 de enero. Cuando los niños pueden abrir los regalos y recordar a los reyes magos que trajeron regalos para el niño Jesús. Hay algunas variantes para preparar la natilla. Hay una variante oscura y otra clara.
La natilla más clara se hace con azúcar blanco o leche condensada. A esta natilla, algunas personas le añaden coco rallado a la leche y, una vez que la natilla está fría, se sirve con una pizca más de coco rallado y una porción de mermelada de moras.